jueves, 28 de enero de 2010
Misterios sin resolver (?)

Cuando nos aprontamos a recibir una noticia importante, nos preparamos psicológicamente de manera innata. Lo mismo ocurre cuando tenemos que hacer una presentación ya sea en el colegio, universidad, lugar de trabajo, etcétera.
Pero, ¿qué ocurre cuando tenemos que tomar una decisión emocional importante? Por ejemplo, ¿Terminar una relación larga? Al igual que en los ejemplos anteriores, nos preparamos psicológicamente, pero ¿es suficiente?.
Generalmente no logramos llegar a una decisión con facilidad, ya que el corazón se entromete y nos estropea lo que hayamos pensado fríamente. Si tenemos que terminar con nuestra novia/esposa/amante/prima (depende de lo atrevidos que seamos) nos cuesta un mundo hacerlo. Aunque algunas personas profesen que para ellos es algo fácil, y que lo hacen sin darle muchas vueltas. De todas maneras, tiempo después de hacerlo sienten remordimiento, o al menos lo piensan a pesar de que sea tarde.
Ordenemos un poco el asunto. La mente muchas veces nos ayuda a ver todo claramente. Podemos pensar un asunto y al rato tenerlo solucionado. No obstante, cuando llega el momento de dar el paso, el corazón reclama participación. Todo vuelve a empezar. ¿Por qué sucede esto? Entiendo que seamos seres con la capacidad de amar y de sentir diversas emociones, especialmente por el sexo opuesto (o el mismo sexo... depende de su preferencia), pero también podemos tomar decisiones libremente... Sin embargo, estamos presos... presos en un universo de emociones y lógica.
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