domingo, 31 de enero de 2010

¿Un clavo saca a otro clavo?


Es de conocimiento popular que se diga esto. Muchos lo creen, e incluso lo practican... Pero, ¿es cierto?

También se dice que somos animales de costumbre. Que después de cierto tiempo en una relación, caemos irremediablemente en una "rutina" emocional. Entonces, cuando terminamos una relación ¿de verdad podemos sacar a esta persona de nuestro corazón en un lapso relativamente corto, y darle cabida a una nueva aventura sentimental? ¿Podrá un clavo, sacar a otro, de raíz?

Conozco muchos casos que avalan una respuesta positiva a esta pregunta. De hecho, lo practican como un deporte. Otros en tanto, adquieren un perfil más reservado, aunque lo siguen creyendo factible.
Quizás dependa del grado de compromiso de una determinada relación.

Por ejemplo, si alguien está durante tres años con una persona, al momento de terminar le será más difícil dar vuelta la página, por lo tanto guardará un "luto" de algunos días, meses o años. Eso puede variar. Aunque esto no quiere decir necesariamente que los carpinteros del corazón (he decidido llamarles así) no sientan cosas fuertes por la persona anterior... Es sólo que tienen la capacidad de olvidar TODO lo relativo a dicha persona, demostrando una frialdad impresionante.

Pueden existir muchos casos diferentes y creo que no sería sensato encasillar ninguno.
En lo personal, creo que no está correcto reemplazar un clavo por otro, por la sencilla razón que para mí una relación es una cosa seria, y como tal, me involucro demasiado con la otra persona. Para mí, las personas que practican esto no son más que seres inmaduros, que no saben lo que quieren (por lo tanto vagan en una constante búsqueda de identidad sentimental), se mantienen incapaces de encontrar un rumbo fijo en la vida, con prácticas dignas de un quinceañero.

Cuando descubro que alguien es así, me alejo indefectiblemente.

jueves, 28 de enero de 2010

Música para viajar a lo eterno, y volver...

Misterios sin resolver (?)


Cuando nos aprontamos a recibir una noticia importante, nos preparamos psicológicamente de manera innata. Lo mismo ocurre cuando tenemos que hacer una presentación ya sea en el colegio, universidad, lugar de trabajo, etcétera.

Pero, ¿qué ocurre cuando tenemos que tomar una decisión emocional importante? Por ejemplo, ¿Terminar una relación larga? Al igual que en los ejemplos anteriores, nos preparamos psicológicamente, pero ¿es suficiente?.

Generalmente no logramos llegar a una decisión con facilidad, ya que el corazón se entromete y nos estropea lo que hayamos pensado fríamente. Si tenemos que terminar con nuestra novia/esposa/amante/prima (depende de lo atrevidos que seamos) nos cuesta un mundo hacerlo. Aunque algunas personas profesen que para ellos es algo fácil, y que lo hacen sin darle muchas vueltas. De todas maneras, tiempo después de hacerlo sienten remordimiento, o al menos lo piensan a pesar de que sea tarde.

Ordenemos un poco el asunto. La mente muchas veces nos ayuda a ver todo claramente. Podemos pensar un asunto y al rato tenerlo solucionado. No obstante, cuando llega el momento de dar el paso, el corazón reclama participación. Todo vuelve a empezar. ¿Por qué sucede esto? Entiendo que seamos seres con la capacidad de amar y de sentir diversas emociones, especialmente por el sexo opuesto (o el mismo sexo... depende de su preferencia), pero también podemos tomar decisiones libremente... Sin embargo, estamos presos... presos en un universo de emociones y lógica.

miércoles, 27 de enero de 2010

¿Tripas o corazón?


Volveré al tema de la perseverancia con la que enfrentamos distintos obstáculos. Tenemos prioridades, es algo normal. Ahora la pregunta es, ¿Cómo sabemos si estamos en lo correcto al jerarquizar dichas prioridades? Tal vez sean corazonadas del momento, y luego nos arrepentimos de haber creído que ese hecho en particular era algo importante. Lo mismo ocurre con las personas. A veces creemos que una persona es fundamental en nuestras vidas, pero con el tiempo nos damos cuenta de que no era tan así.

Creo que nunca sabremos en qué momento cierta cosa, animal o persona deja de ser importante para nosotros. Sólo sabemos que en un determinado momento, todo ha cambiado. Ya no sentimos lo mismo que antes. Esto suele ser motivo de ruptura en muchas parejas, que pensando que son el uno para el otro, formalizan la relación algo "apurados" sin pensar en las consecuencias que podría acarrear dicha decisión.

Si bien muchos creen que esos son asuntos del corazón, yo creo que son totalmente controlables. Debo reconocer que en lo personal me he dejado llevar por los sentimientos, pasando a llevar mi lado racional y lógico. Y es que me sucedió algo que nunca había sentido por alguien, y es por eso que no supe cómo reaccionar. Yo me caracterizo por ser una persona con los dos pies bien puestos sobre la tierra. No me dejo llevar por ideas pasajeras, sino que prefiero pensar muy bien antes de tomar una decisión. "Tantear el terreno antes de dar el paso", por decirlo de alguna manera. Pero en este caso fue distinto. Desde que la vi por primera vez que no me la puedo sacar de la cabeza. Y eso que ha pasado un tiempo bastante considerable.

Reconozco - y me arrepiento mil y una vez de ello - que tomé decisiones apresuradas. Me dejé llevar por lo que sentía a flor de piel y eso terminó por asustarla y por dejarme muy confundido, entre tratar de adivinar qué había pasado y sintiendo cosas muy fuertes por primera vez.

Desde ese momento, aprendí muchas cosas. No cabe duda que la experiencia es la mejor maestra. No he vuelto ni volveré jamás a cometer ese error. Lástima que quizás sea demasiado tarde...

Por lo tanto, me adentraré en el misterioso mundo de "¿La razón o el corazón?".

La mente es un sinfín de laberintos y acertijos demasiado complicados como para ser tomados a la ligera. Pequeñas cosas como reír, llorar, enamorarse y hasta nuestros repentinos cambios de ánimo, son lo que nos diferencia de los otros seres vivos.

Ahora bien, las personalidades humanas también son infinitas. Hay personas más abiertas, que quizás puedan parecer más accesibles, así como también hay personas más complicadas, que para lograr entenderlas se necesita mucho tiempo y paciencia. Es en este tipo de personas en las que quiero centrarme, por razones muy simples: Por ejemplo, son más reacias a ser estudiadas, permanecen lejanas y ensimismadas la mayor parte de su vida, por lo cual crean un escudo a la entrada de su alma, que para los demás muchas veces es impenetrable. Es por esta razón que me parecen mucho más interesantes. No es que los demás no lo sean, de hecho que algunos sean extrovertidos es un misterio también, pero me centro en las personas del otro tipo porque es un tema que me toca más de cerca, por lo cual me interesa más reflexionar acerca de ello para quizás algún día lograr entender algo, aunque sea sólo la punta del iceberg.

Vale aclarar que existe otro caso. El caso de alguien tan especial, que no puede ser encasillada en ninguna parte. Bueno, es posible que me refiera a eso en otra ocasión.

lunes, 25 de enero de 2010

Buscando una respuesta donde no la hay.



¿Por qué es tan difícil darse cuenta que algo es difícil?

Quizás los humanos fuimos creados con el fin de no rendirnos fácilmente frente a lo que anhelamos con toda el alma. Aunque existan algunas personas que aseguren preferir dar un paso al costado cuando no ven la salida a un problema, personalmente creo que es porque no desean de corazón tal salida. Dicen que el que busca siempre encuentra, y claro, hay que saber donde buscar.

Ahora bien, pese a que hay gente que se caracteriza por poseer una perseverancia inusitada, no siempre la aplican a los hechos más esenciales de la vida. Me explico: Si un hombre pierde su trabajo, saldrá a buscar desesperadamente uno, gracias a su constancia. Pero si aún así no lo halla, ¿No será que el verdadero problema se anida en el núcleo de su vida? Es posible que haya elegido una carrera que no era su vocación. Entonces irremediablemente está destinado al fracaso laboral paulatino. Por lo que podemos determinar que los hechos más esenciales de la vida no siempre son los más básicos, o los fundamentales para existir. Sino que muchas veces se remontan hacia sucesos que no les prestamos la atención necesaria en un momento dado.

El ser humano ha buscado respuestas desde que fue creado. Y hasta se podría pensar que en la actualidad tiene respuesta para todo. Además, nunca faltan los que, con un grave narcisismo, creen saber más que los demás. Pero el asegurar que sabemos más que nuestros pares, es el primer paso hacia la peor ignorancia que pueda haber.

El comportamiento humano es un tema fascinante, que sin duda da para largo. En este blog trataré de analizarlo desde mi punto de vista, y me centraré en temas tan profundos como la psicología. Espero no dañar a nadie, y si es así, será en pro de la aclaración a las dudas existenciales con respecto a las diferentes personalidades de los seres humanos. Una buena excusa, ¿eh?