miércoles, 27 de enero de 2010


La mente es un sinfín de laberintos y acertijos demasiado complicados como para ser tomados a la ligera. Pequeñas cosas como reír, llorar, enamorarse y hasta nuestros repentinos cambios de ánimo, son lo que nos diferencia de los otros seres vivos.

Ahora bien, las personalidades humanas también son infinitas. Hay personas más abiertas, que quizás puedan parecer más accesibles, así como también hay personas más complicadas, que para lograr entenderlas se necesita mucho tiempo y paciencia. Es en este tipo de personas en las que quiero centrarme, por razones muy simples: Por ejemplo, son más reacias a ser estudiadas, permanecen lejanas y ensimismadas la mayor parte de su vida, por lo cual crean un escudo a la entrada de su alma, que para los demás muchas veces es impenetrable. Es por esta razón que me parecen mucho más interesantes. No es que los demás no lo sean, de hecho que algunos sean extrovertidos es un misterio también, pero me centro en las personas del otro tipo porque es un tema que me toca más de cerca, por lo cual me interesa más reflexionar acerca de ello para quizás algún día lograr entender algo, aunque sea sólo la punta del iceberg.

Vale aclarar que existe otro caso. El caso de alguien tan especial, que no puede ser encasillada en ninguna parte. Bueno, es posible que me refiera a eso en otra ocasión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario